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miércoles, 13 de junio de 2007

LOS 400 INTELECTUALES y LOS 7 NOBEL

A propósito de la proclama que pide a EU “ respetar
la soberanía de Cuba” si Fidel Castro muere.


El estado de salud del dictador Fidel Castro ha encendido el debate en los círculos políticos y académicos, sobre el futuro de Cuba. ¿Qué pasará si Fidel muere? ¿Continuará el régimen tal cual al mando de su hermano Raúl? ¿O será el comienzo de la transición hacia la democracia? Es un tema muy complejo que solo se aclarará con el tiempo, y es un tema que requiere de un libro entero para analizarlo. Por lo pronto quiero expresar mi opinión respecto a un hecho singular relacionado con todo este embrollo: la proclama ( si es que se le puede llamar así) de los 7 premios Nobel y los 400 intelectuales. Resulta que estos personajes, que muy seguramente vienen de ese extraño mundo intelectual de la izquierda, han redactado un texto que lleva el heroico título de “La soberanía de Cuba debe ser respetada” donde piden, o exigen, a EU que respete la soberanía de Cuba. ¿Y a qué viene semejante petición?

Como se dijo al principio, la salud de Castro es delicada, tanto, que decidió delegar el mando provisionalmente a su hermano Raúl Castro. A raíz de este anuncio el secretario de Comercio de EU, Carlos Gutiérrez, declaró ante los medios que “llegó el momento de una verdadera transición hacia una verdadera democracia”. Y el vocero de la Casa Blanca, Tony Show, señalo que su gobierno está “listo y ansioso para otorgar asistencia humanitaria económica y de otra naturaleza al pueblo de Cuba”. Ya en Junio, la secretaria de estado, Condoleezza Rice, había destacado en un informe la “urgencia de trabajar hoy para garantizar que la estrategia de sucesión de Castro no tenga éxito”. A esto se suma una declaración del presiente Bush en la que, refiriéndose a las declaraciones de sus funcionarios sobre el futuro de Cuba, dice de manera tajante que EU “esta trabajando activamente por un cambio en Cuba”. No hay duda alguna de que la muerte del viejo dictador isleño es un suceso largamente esperando por EU para intervenir en Cuba en pos de la instauración de un régimen democrático y de libre mercado. Un régimen que, ayudado económicamente, logre elevar el nivel de vida del pueblo cubano y evite su flujo migratorio hacia las costas estadounidenses. Es bien sabido que EU, por ser un país históricamente abierto a las gentes de todas las razas ( hispanos, judíos, chinos, árabes…) y por ser una nación desarrollada económicamente, tiende a ser acosado por flujos de inmigrantes ilegales. Todos ellos abandonan sus lugares de origen por la falta de oportunidades laborales. A este panorama no se escapa el problema de Cuba: casi la quinta parte de su población se ha lanzado sobre el estrecho de la florida, desafiando a tiburones y policias, con la esperanza de conseguir un asiento en un país “libre”. Ahí están las dramáticas, y muy frecuentes, imágenes de balseros desesperados tratando de llegar a la costa gringa. Si esto se remedia ayudando a incubar un régimen justo en la isla ¿Por qué no hacerlo? Ahora, creo sinceramente que ese es el verdadero motivo por el cual EU desea labrar el futuro de Cuba.

Pero parece que estos 400 intelectuales y 7 Noveles no quieren, o no pueden entender este justo motivo. No, para ellos se trata de puro “imperialismo”, de “neocolonialismo” de una maniobra de EU para agredir a Cuba. Hasta se atreven a decir, en un tono de cruzada histórica, que “ante esta amenaza ( de EU) reciente contra la integridad de una nación, la paz y la seguridad en América Latina y el mundo, exigimos que el gobierno de EU respete la soberanía de Cuba” Realmente no entiendo, por más que trato, la actitud de estos 407 ilustres personajes. Parecen enceguecidos por el antiyanquismo propio de la izquierda intelectual, el cual es tan grande, que los impulsa a condenar la única esperanza que tiene Cuba de abrazar la democracia. Si los tuviera de frente en un auditorio, les formularía estas preguntas:

¿Por qué no han hecho una proclama histórica que condene los millares de asesinatos de opositores políticos, mal camuflados mediante juicios sumarios llevados a cabo por el régimen castrista en los 60 s? ¿Por qué no hacen una proclama para condenar los miles de crímenes de Estado cometidos contra los campesinos capturados en la zona montañosa del Escambray tras los alzamientos populares dirigidos por opositores de Castro que tuvieron lugar entre 1960 y 1966? ¿Y donde está el texto que exija una condena mundial al crimen de Estado del gobierno castrista cometido en 1994 con el hundimiento del barco “Trece de Marzo”, donde más de 20 niños, además de sus padres, resultaron liquidados?

¿Quisiera saber si hay una proclama firmada por ustedes donde se le exija a Castro la realización de un referendo vigilado por la ONU y la comunidad internacional en el cual, se le pregunte al pueblo cubano si desean un régimen democrático? ¿Dónde está la carta que exija la admistía total para aquellos que cometieron el crimen de no estar de acuerdo con la forma como gobierna Fidel Castro? ¿Es que acaso usted, Sr Desmond Tutu (uno de los firmantes) no sabe de los crímenes del régimen castrista? ¿O usted, escritor Saramago (otro de los firmantes) no cree que debería dirigir su protesta para exigir elecciones libres en Cuba? ¿Es que acaso ustedes piensan que el pueblo cubano debe seguir continuando, tras la muerte de Castro, bajo el régimen dictatorial?

Yo no me considero “intelectual”, no he estudiado ciencias políticas ni jurídicas; tal vez sólo sea un insignificante opinante. Pero sí tengo la suficiente capacidad mental para discernir que el régimen cubano ha sido, y sigue siendo, una dictadura. Que Fidel Castro es un tirano feroz y que las personas que tienen más capacidad intelectual que yo, deberían condenarlo con todas las energías.

Un anexo apropósito de este tema.
Parece que al fin un escrito del columnista de izquierda Antonio Caballero me parece objetivo. En el número 1266 de la revista Semana aparece un artículo suyo titulado “El comienzo del fin”, un excelente texto donde, a medida que se explica el por qué de la relevancia histórica de Castro, se hace de paso un retrato de el. Me parece que acierta en dicho retrato cuando se muestra a un dictador cruel (por los asesinatos y encarcelamientos arbitrarios) y a la vez benéfico (por los deportes y la educación superior) que ha fracasado en lo económico y social. Pero hay un detalle, en un aparte de su artículo Caballero dice que el régimen castrista tiene un historial de sangre que “no se puede comparar con los de otras dictaduras contemporáneas de América Latina, como la de Chile y Argentina” En otras palabras: Pinochet y la junta militar de Argentina han sido más sangrientos que Castro. Pues no, no es así. Tanto el uno como el otro han sido igual de crueles, han representado la misma esencia de la extrema derecha y la extrema izquierda. Castro no tiene nada que envidiarle a Pinochet o a la dictadura argentina, los tres son de la misma categoría, los tres están empatados en cuanto a violación de derechos humanos, represión y asesinatos de opositores. Es más, creo que Castro tiene el agravante de que ha seguido en el poder sin que se le haya notificado ni siquiera la mínima posibilidad de llevarlo a juicio.

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